La gente de cine es reticente a hablar de "cine nacional". Salvo cuando conviene, por aquello de "consume lo propio", niegan que exista algo llamado "cine colombiano" 0 "cine nacional". Pero, bueno, esos son los avatares de un mundo vanidoso y snob.
Limitemos, pues, la idea al heho de que hoy en día se ruedan un buen número de películas en el país y, por ende, se requiere que esas películas circulen y sean conocidas por su "destinatario natural" (Jorge Sanjinés). Al menos, por qué no, para que se justifiquen los gastos que implica hacer cine, porque en buena medida se está haciendo con dineros del erario público. Total, que se difunda el cine que se logra hacer en el país es un propósito común.
En ese sentido, es claro que los docentes podrían ser grandes divulgadores de nuestro cine. Mal que bien, las películas que se hacen tocan temas que le conciernen al pueblo colombiano. Y mal que bien, este hecho hace que la escuela se pueda mirar como un lugar natural para la divulgación del cine nacional.
Contra esta posibilidad se presenta el problema de la falta de formación de los docentes para utilizar el cine en el aula: Hasta hoy, persiste la práctica de presentar las películas con la idea de un mensaje que debe percibir el estudiante, idéntico al que tiene el maestro en mente. Eso para empezar. Pero qué útil sería ver que en la escuela se divulga el cine nacional, con las consecuencias políticas y educativas que ello implica. Algún día...
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